Desde el inicio mismo de la historia
el hombre primitivo realizó sus rudimentarios trabajos con ciertas normas de
seguridad e higiene, dictadas por el banal y simple sentido común. Desde el uso
de la primera y más sencilla herramienta el ser humano, demostró la necesidad
de resguardar su integridad física, mediante la interacción de un objeto que
impidiera el contacto directo y posiblemente traumático tanto su cuerpo como el
los miembros de su comunidad con el medio ambiente a modificar o a conquistar
en su caso.
Así pues, a lo largo de la historia
el hombre ha estado expuesto en forma constante a una multitud de riesgos
contra los cuales se ha tenido que enfrentar. El desarrollo de la humanidad, en
tiempos en que el trabajo era predominantemente artesanal y agrícola, significo
muchas veces enfrentarse a riesgos que llegaron a costar muchas vidas. Sin
embargo hasta la invención de la máquina de vapor en el siglo XVIII los
accidentes laborales no eran significativos. La incorporación de las máquinas
al desarrollo industrial como medio eficaz para incrementar la producción
aumento el número de percances cuyos resultados eran fatales. Las tareas
requería de trabajadores, artesanos y campesinos que iniciaron a desempeñarse
en un mundo completamente desconocido para ellos y para lo cual no fueron
adiestrados y/o formados.
Los accidentes de
trabajo y las enfermedades ocupacionales fueron la consecuencia de incorporar
personal improvisado y represento para los empresarios un grave problema lo que
motivo que se generara una línea de estudio a fin de identificar las causas de
estos problemas empresariales “La seguridad y salud de los trabajadores” lo que
genero con los años el enfoque de Seguridad Industrial.
Ahora bien, con respecto a los
accidentes de trabajo es de resaltar que la mayoría de ellos se pueden evitar
especialmente los graves y los mortales. La accidentabilidad laboral no es
consecuencia de una maldición bíblica, ni un impuesto al trabajo; Los
accidentes son el resultado de la ausencia de prácticas preventivas que en la
actualidad son suficientemente conocidas y aplicables.
Es de resaltar que cuando un
trabajador se ve accidentado además de la lesión inmediata y en algunos casos
discapacidad permanente no solo él es el afectado, también lo son sus compañeros
de trabajo por el efecto postraumático y el miedo latente que queda en el
ambiente, igual lo son sus familiares hijos e hijas, esposas y esposos, padres
y madres, hermanos y hermanas ya sea por efecto sentimentales, así como
económicos y/o de obligación moral con respecto al accidentado, de igual manera
los empleadores y sus empresas se ven afectados ya que la ocurrencia de
accidentes de trabajo reflejan en cierta manera el funcionamiento de la
organización así como sus finanzas debido a gastos por accidentes,
indemnizaciones entre otras responsabilidades, así mismo el estado, el
“Ejecutivo nacional” se ve afectado ya que cuando las discapacidades son
permanentes son amparados bajo el sistema de seguridad y salud del país lo que
incrementa la inversión pública en este aspecto.
Como se puede observar un accidente
de trabajo va mucho más allá de una lesión inmediata (en algunos casos la
muerte), un accidente de trabajo afecta tanto al individuo como a su entorno,
motivo por el cual la prevención de estos igualmente debería abarcar a todo el
entorno del trabajador. La prevención es nuestra principal defensa contra este
forajido; Es tarea de todos y todas promoverla y mantenerla ya que seamos o no
el accidentado, sus consecuencias nos afectaran como parte de la sociedad y
entorno de la clase trabajadora.
Marfelix
Diaz, Agosto 2016.
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