¿Los Accidentes de trabajo
generan Victimas o Culpables???
Cuando ocurre un accidente de
trabajo independientemente su causa este genera un daño tanto en la persona
afectada como en su entorno. En la empresa los efectos generan alteraciones del
clima organizacional, fuera de la empresa el núcleo familiar también se ve
afectado tanto en lo económico como en su día a día sobre todo si las lesiones
terminan en discapacidades temporales o permanentes, el mismo trabajador en
ocasiones como consecuencia de un efecto post-traumático el trabajador afectado
puede presentar daños, en lo físico pueden manifestarse en alteraciones de
tensión arterial, fatiga, nerviosidad, alteraciones del sueño, pesadillas,
naúseas, dolores de espalda mientras que en lo psicosocial podrían aparecer
cambios en el apetito y del interés sexual, hiperfagia, desconfianza,
irritabilidad, dependencia, aislamiento, inseguridad, sentimientos de rechazo o
abandono.
Las consecuencias de un
accidente de trabajo más allá de la lesión inherente al evento como se ha
mencionado transcienden al individuo, es decir a la víctima del accidente,
partiendo de la premisa que ninguna persona en su sano juicio querría
lastimarse es oportuno resaltar que elementos como el Acto Insegura no es más
que una excusa o una forma elegante de trasladar la responsabilidad del
accidente hacia el accidentado, es decir la víctima es el culpable de su propio
accidente!
Ante esta realidad imperante
en la mayoría de los casos la normativa legal actual, y por lo menos en Venezuela;
ha desarrollado elementos de atribución de responsabilidades al empleador /
patrono/ Dueño de los medios de producción; es por ello que en la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat) y en la Ley
Orgánica del Trabajo, Los Trabajadores y Las Trabajadoras (LOTTT) se establecen
los términos Responsabilidad Objetiva y
Responsabilidad Subjetiva con lo cual se le otorga a la victima
elementos para su protección, si bien es cierto una asignación dineraria no va
a revertir la ocurrencia de un accidente si contribuye con la justicia social y
la posibilidad, en algunos casos, de contar con recursos para tratar las
lesiones cuando estas generan discapacidades residuales; En tal sentido a
continuación se presenta una lectura acerca el enfoque de la excusa ACTO
INSEGURO dicho artículo es publicado en el marco del impulso de la metodología
de investigación de accidentes de trabajo Árbol de Causas que adelanta desde
hace una década la Superintendencia de Riesgos en el Trabajo del Ministerio del
Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Republica de Argentina
LA CAUSA Y EL CULPABLE
En los primeros tiempos del
trabajo, tal vez a la vera de la idea de que el trabajo debía estar impregnado
de esfuerzos y pena (“ganarás el pan con el sudor de tu frente”) la causa de
los accidentes fue encontrada en la fatalidad, en la mala suerte.
Cuando se piensa que la
fatalidad es la causante de los accidentes lo único que parecía quedar era
encomendarse a los santos. Así aparecen los santos patronos de los gremios, por
ejemplo San Isidro el Labrador para los agricultores, San Antonio de Padua para
los albañiles, Santa Bárbara para los artilleros pero también para los mineros,
San Cristóbal para los astilleros, San Eduardo Neri para los educadores y San
José, esposo de la Virgen María para los obreros en general.
Hay noticias de que en el 1700
en Colombia también se adoptaron patronos por oficio aunque no siempre
guardaron relación con los europeos. Así los plateros veneraban a San Eloy, los
albañiles a San Macario, los carpinteros a los santos Paulino y Cicero, los
sastres a San Homobono, los talabarteros a San Bartolomé, los herreros Santa
Apolonia, los barberos a los santos Cosme y Damián y, finalmente, los zapateros
estaban bajo la protección de Crispín y Crispiniano.
Los exvoto, algunos de los
cuales ilustran este artículo son una muestra de la consagración a la religión
de estos asuntos terrenos.
La idea de la fatalidad como
causa de los accidentes, si bien no se ha extinguido, tiene hoy pocos cultores
entre aquellos que se dedican al tema de la salud y seguridad en el trabajo.
Sin embargo el rechazo de una
teoría errónea no significa necesariamente que la que se adopte en su reemplazo
sea la científicamente más correcta. Así la postergación de la idea de la
fatalidad en la génesis de los accidentes dio paso a la teoría del acto
inseguro. En esta teoría el trabajador accidentado era quien provocaba su
accidente, la más de las veces invocándose la distracción.
Esta teoría nace con Heinrich
(1930). Heinrich fue una de las personas
importantes para la prevención en los ambientes de trabajo, desde una
perspectiva empresarial. Él fue el primero en concebir que la Seguridad pueda ser gestionada como otras áreas del negocio. El también
abogó por el enfoque multidisciplinario de la prevención, estableció las
proporciones que había entre accidentes
mortales, graves y leves, hablo por primera vez de los costos para las empresas
que no cubren los seguros (costos indirectos). También estableció los elementos
que deben integrar un programa de seguridad:
Supervisión; Normas de
seguridad; Educación del trabajador por la
formación; Utilización de películas, pósters; Identificación de peligros
y de accidentes; Revisión e
inspección; Análisis de las tareas; Establecimiento de comités de seguridad;
Procesos aprobados para nuevas
instalaciones; Nuevos equipos y cambios en los procesos y procedimientos etc.
Heinrich también planteó que
el 98% Accidentes pueden ser prevenidos y que el 88% se debía actos inseguros mientras
que sólo el 10% a condiciones inseguras. A partir de esta teoría sostenía que
el control del comportamiento de los trabajadores es la clave para evitar los
accidentes
Una psicóloga de la época Flore Dumbars sostuvo, en un trabajo coetáneo, que el 80% de quienes han sufrido un accidente grave tienden a sufrir otros y
poseen una personalidad particular. El 20% restante es más o menos normal y
tiende a no sufrir mas accidentes. También sostenía que quienes han sufrido
numerosos accidentes sin importancia, tienen mas probabilidad de sufrir uno
grave; que los individuos no propensos a los accidentes tienen excelentes
precedentes de salud y son especialmente inmunes a los catarros e
indigestiones; que no son torpes
ni lerdos, sino que suelen ser activos y no reflexivos. Expresaba también que
los individuos propensos a los accidentes a menudo son impulsivos, concentrados
en los placeres cotidianos y con frecuencia se hallan resentidos hacia la
autoridad. Finalmente comparaba la personalidad del “accidentable” con la del
delincuente juvenil.
Autores como Freud, Adler, Le Shan vieron los
accidentes como forma de autopunición, de huir del
trabajo, de salir de problemas personales. Es necesario conocer que todos estos
estudios se hicieron sobre accidentes de tráfico. Al respecto, tempranamente el
ergónomo Francés Cazamian decía “El automóvil, objeto erotizado, poseído por el
conductor, es susceptible de depósitos afectivos que no son sugeridos jamás por
la máquina”
Pese a que la teoría del acto
inseguro fue rebatida desde distintos ángulos, resultó tan funcional y cómoda
que ha llegado hasta nuestros días. De esta forma la cultura dominante, aun
entre trabajadores y especialistas es que los actos inseguros son la causa de los accidentes, es decir
los trabajadores son los culpables de sus propios accidentes.
Junto a la noción de acto
inseguro aparece la “distracción” como causa inmediata invocada. Sostener que
la distracción es la causa de los accidentes responde a ignorar algunos
conceptos de neurofisiología y psicología básica: la atención es una función
psíquica superior por definición fatigable. Para que haya atención debe haber
periodos de distracción. Si se quisiera un trabajador que no se distrajese se
estaría pidiendo a los hombres lo que es propio de las máquinas. Por otra
parte, es bien conocido que buena parte de las sustancias que se utilizan en
muchos ambientes de trabajo son neurotóxicas, una de las funciones que se
explora en los trabajadores expuestos a ellas para ver su estado, es justamente
la atención (dado que se deteriora por esas sustancias).
El machismo es otro de los elementos
causales de accidentes. Dejours, en su libro
Psicopatología del Trabajo da cuenta de las investigaciones que realizó al
respecto entre los trabajadores de la construcción. Explica entonces que el
“machismo” es una “fachada”, expresión de una estructura de defensa para
continuar trabajando en condiciones de riesgo, que los trabajadores han visto a
través del tiempo como invariables. Es decir, ignorar el riesgo tiene la
equivalencia a dominarlo, con lo cual se salvaguarda la salud mental aun a
costa del riesgo de vida.
El incumplimiento de las normas
por parte de los trabajadores suele también ser indicado como causa de los
accidentes. Nuevas investigaciones han mostrado que el incumplimiento de normas
tiene su correlato con el desacuerdo con ellas y en el hecho de que los
trabajadores muestran mayor confianza en sus propias estrategias. En este
sentido es apropiado recordar que es muy difícil internalizar una norma sobre
el trabajo propio cuando el trabajador no ha colaborado en su definición.
Cuando la norma se traza a espaldas del trabajador, en la oficina de métodos,
está siendo pensada para el trabajo prescripto y todos conocemos las
diferencias entre trabajo prescripto y trabajo real.
Para avanzar en el terreno de
la prevención resulta necesario tener en cuenta algunos elementos centrales:
Ø
Los trabajadores no son los
causantes de los accidentes, son sus víctimas.
Ø
La investigación de los
accidentes debe ir dirigida a conocer sus causas, no a la caza del o de los
“culpables”
Ø
Los accidentes no tienen una
sola causa
Ø
La mejor posibilidad para la
prevención está al momento de diseñar las máquinas, los lugares de trabajo y la
organización del trabajo, lo peor es dejar todo librado a la conducta del
trabajador (Sundström-Frosk, 1991).
Los métodos sistémicos de
investigación de accidentes, el del árbol de causas por ejemplo, permiten alcanzar la red causal de cada accidente a ser definido
colectivamente lo que facilita el diseño de medidas preventivas no limitándose
a las causas directas de la lesión pero además ofrecen a los participantes una
representación mental más completa y realista del “fenómeno del accidente” que
permite una integración global de las situaciones de trabajo.
Una buena investigación de
accidentes, aún siendo un procedimiento reactivo, debe llevar a mejorar la
prevención. Si el método utilizado es incorrecto esta oportunidad se pierde.
La oportunidad perdida se
traduce en vidas perdidas y esto no es técnica ni éticamente aceptable.
Dr. Carlos Rodríguez, Médico
del trabajo.
Gte. Gral. de la
Superintendencia de Riesgos de trabajo.
Republica de Argentina, 2005.
Los trabajadores son las victimas de os Accidentes de Trabajo no los culpabes...
Lic Marfeix Diaz
Agosto 2017.